domingo, 19 de abril de 2015

¡¡MENOS MAL QUE ESTAMOS AVISADOS...!!



"Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. 
Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo,por eso os odian.

Acordaos de la palabra que os he dicho:
 El siervo no es más que su señor. 

Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros."

Lo dijo Jesús a sus discípulos y nos lo sigue diciendo.
san Juan 15, 18-21
En particular a los que están sufriendo violencia y muerte.

Añade una esperanzadora promesa:


“Aquél que persevere hasta el fin...


 se salvará” 
Mt. 10, 17-22 


Estas persecuciones han ocurrido a lo largo de la historia y, sin embargo, sigue habiendo cristianos en el mundo.
Pueden ser persecuciones violentas o pueden ser de otro tipo, más frecuente en algunos países occidentales y, en concreto en España:
criticar, juzgar con dureza y, a veces, con desconocimiento...
Tópicos anti clericales.
No valorar lo que los cristianos hacen bien (por ejemplo, los 14.000 misioneros españoles que trabajan en los cinco continentes, la labor de Cáritas) y, en cambio, destacar los errores y pecados de algunos, generalizando.
Opinar por opinar.
Y, sobre todo, falta de conocimiento de la religión. 

Volviendo al primer tipo de persecuciones, algunas épocas han sido particularmente duras. 
Por mencionar una bien reciente, recordemos que en la URSS deportaban, torturaban y asesinaban a los que no eran afectos al regimen y estaba prohibida la práctica de la religión (cualquiera). 
A partir de la muerte de Stalin, se intentaron mejorar las relaciones con la Iglesia, pero espiaban y hacían la vida imposible
De hecho, cuando se disolvió la URSS, por citar un caso, en uno de los países que la formaban, Estonia, quedaba un sacerdote y cinco o séis católicos.
Actualmente, hay unos 6000.

Sobre este tema, recomiendo un libro, que he leído dos veces en lo que va de año y me ha encantado.

Portada de El baile tras la tormenta El título alude a la alegría de un pueblo que recupera la libertad de expresión, en todas sus manifestaciones.
La foto de portada muestra a una familia letona bailando.


José Miguel Cejas
Para reunir esta galería de relatos inolvidables, el autor ha viajado durante tres años por Estonia, Letonia, Lituania, el Sur de Noruega y Finlandia, hasta la frontera con Rusia. 
Algunos de sus personajes han sufrido cárcel, destierro o tortura. Otros han padecido el ostracismo social y las deportaciones a Siberia. Todos han tenido que enfrentarse a lo políticamente correcto 
Son músicos, pintores, directores de cine, actores de teatro, reporteros de guerra, médicos, católicos, ortodoxos o luteranos, cantantes de rock o de rap. Les une su rebeldía y su fidelidad a las propias convicciones. Son... disidentes.
Sus vidas muestran la fe de una Europa desconocida, llena de vigor y creatividad, que contrasta con la decadencia y el cansancio vital de tantos otros lugares de Occidente.

“Aquél que persevere hasta el fin se salvará” 
Mt. 10, 17-22 A


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