jueves, 25 de abril de 2013

"La buena novela"
Acabo de terminar este libro. Solo os digo que lo he leído en tres días.




 
Laurence Cossé plantea en La Buena Novela un misterio libresco, mezclado con una historia de amor imposible y una bibliofilia asesina.
La fundación de una librería parisina «única», llamada «La Buena Novela», desata pasiones, celos y hasta intentos de asesinato.
Ivan «Van» Georg, antiguo vendedor de cómics, y la estilosa y seductora Francesca Aldo-Valbelli se unen para llevar a cabo el sueño de sus vidas: montar una librería que solo venda obras maestras, seleccionadas por un comité secreto de ocho respetables escritores que se esconden bajo seudónimo. Cuando la librería abre, empieza a cosechar un éxito arrollador.
"¡ ¿Quiénes son esos elitistas y cómo osan decirles a los lectores lo que han de leer? !", se preguntan los detractores.
La blogosfera hierve, Internet crepita...

 

miércoles, 24 de abril de 2013

Hoy me he empezado a encontrar mejor, tras unos días...
digamos que... regulares.

viernes, 19 de abril de 2013

NOTICIAS Y SORPRESAS.
Ha habido muchas entradas al blog ayer y hoy. Siento no haber podido informaros antes.
Ayer, jueves, estuve en la Clínica casi 11 horas y salí bastante cansada. Carmen Bodes, que me acompañó, casi igual, pues solo salió a comer con una sobrina.
Os cuento:
A las 8'00. Análisis + TAC de tórax.
En la consulta empiezan las sorpresas: los leucocitos están ¡aún más bajos que en Oviedo!
 Ante mi cara de desconcierto, el médico me explica pacientemente que la médula tiene su ritmo, que esto ocurre a veces... Y que hay una solución: una inyección para estimular su producción y reducir la duración de la neutropenia.
Llagas en la boca: esto es, según me dijo, lo más preocupante, como manifestación de que la toxicidad es excesiva, por lo que en este cuarto ciclo de quimio rebajará la dosis.
Segunda sorpresa; esto implica que van a ser necesarios más ciclos de los séis previstos: la misma cantidad de quimio tiene que ser administrada en más dosis, pero más bajas.
Tercera: los marcadores tumorales están MUY ALTOS.
Posibles explicaciones:
1. El tratamiento aún no se refleja en ese dato.
2. la destrucción de celulas de los tumores de la pleura, puede provocar que pasen a sangre... (Esto no lo entiendí bien o no sé explicarlo.)
3. Que haya actividad tumoral por algún sitio. El más probable es el cerebro, pues el sistema nervioso central es el único lugar al que no "llega" la quimio.
Para descartarlo hay que hacer una Resonancia.

Así que, tras recibir el cuarto ciclo, sobre las 16'00 me la hicieron.
Al día siguiente, Carmen - que entre tanto estaba en la sala de espera- me confesó que se llevó un susto cuando vio llegar al dr. Fernández - el oncólogo que me atiende- y entrar en la cabina de radiología para ver todo y hablar con el radiólogo.
Quizá os preguntaréis: "Y tú ¿cómo estabas?" Consciente de lo que podía revelar esta prueba, aceptándolo y tranquila, rezando oraciones cortitas, hablando con Dios, muy relajada.
Antes de ir a revisión me mentalizo de que los resultados pueden ser buenos, regulares o malos, con todos los matices que sean. Pero, en realidad, van a ser los que Dios quiera y, por tanto, LOS MEJORES y yo los acepto.
Por supuesto que las emociones tienen que salir por algún lado y a veces - no en esta ocasión- me entran ganas de llorar y lloro. Pero no de pena, ni de susto... NO sé..., es difícil explicar:
son emociones Lloro y me quedo liberada.

Continúo con el relato:
subimos a la consulta y el oncólogo me informa de que en la cabeza...
¡no se ve nada! ¡Alivio! Añadió que la iba a mirar con más detenimiento con el radiólogo, pero no, al menos nada "gordo", que por la cifra de marcadores, sería lo proporcinal.
Seguimos con las sorpresas: para descartar que la actividad tumoral se encuentre en cualquier otra parte del cuerpo, hay que hacer un PET (Tomografía por emisión de positrones.), que se puede posponer a la próxima visita.

Todas estas variaciones y su adecuado control y seguimiento, hacen que no vaya a poder seguir el tratamiento en Oviedo, como yo deseaba. El oncólogo se mostró muy comprensivo, pues es lógico que cada vez me supongan más estos viajes (también pensando en el tiempo de quienes me acompañan), pero que es preferible poner todos los medios posibles.
Pues sí: es verdad. Ahora me parece mucho, pero, si salgo de esta, dentro de un tiempo comprobaré
que ha valido la pena.
A los cuatenta y un años me tuve que quedar en Pamplona unos siete meses (el tratamiento era mucho más agresivo y hubo etapas en las que casi no podía andar).
He vivido doce años y esto me demuestra que hay que seguir luchando, ¿verdad?

lunes, 15 de abril de 2013

Me faltan 240 leucocitos para poder recibir quimio; así que se pospone al jueves.
En cambio ¡tengo muchas plaquetas! ¡Buena señal!

martes, 9 de abril de 2013

Estoy mejor: tengo menos llagas en la boca y las que quedan son menos dolorosas.
¡Gracias por los mensajes de apoyo y los consejos!
Consejos sobre alimentos nutritivos y suavecitos para masticar. Otros con remedios para las aftas.
Esto último me ha hecho ver la cantidad de personas que sufren de este mal, sea por defensas bajas u otros motivos.

sábado, 6 de abril de 2013

Los peores días desde el diagnóstico de los tumores (pleura pulmón izquierdo.)
Tras dos meses pudiendo afirmar "Estoy bastante bien.", ha llegado el momento de decir:
"Estoy bastante... regular."
La causa fundamental es la mucositis ( inflamación y penetración dolorosa de las membranas reproductoras del revestimiento del tracto gastrointestinal.)
La manifestación principal son úlceras en la boca y en la garganta.
Es uno de los efectos secundarios de la quimio.
Cuando me lo advirtieron ( con el tumor de hace doce años la padecí), no me pareció tan grave.
Ahora que no puedo comer sin dolor,´me hace sufrir, no solo físicamente, sino anímicamente. Me hace sentir desvalida.
Por supuesto que sigo las pautas que me van dando (fundamentalmente uso de colutorios.)
Como en casi todo en la vida, hasta que no se pasa, no nos damos cuenta de lo que supone.
No me quejo: solo os lo cuento. No quiero que me compadezcáis; solo que lo sepáis.
Sé que Dios me comprende...
Tu, también ¿verdad que sí?