Séis horas y media de viaje + espera en la estación de Pamplona, debido a un retraso...
dan para mucho. Iba provista de prensa, prendas variadas para afrontar posibles cambios de temperatura, algo para comer... Lo mejor fue conocer a una chica que en la estación de Pamplona - entre los mochileros que llegaban para los sanfermines- me llamó la atención, porque iba muy bien arreglada y por su gesto agradable. En el andén, se acercó a preguntarme algo y empezamos a charlar.
En esos segundos comprobé que era una persona
muy educada,
y
delicada.
Ibamos sentadas en coches diferentes.
Tras unas horas de viaje, me acerqué al suyo y entonces ocurrió uno de esos momentos casi "mágicos":
dos personas que conectan estupendamente,
que hablan el mismo lenguaje,
que se sienten comprendidas
y confían la una en la otra...
¡Qué bonito!
Seguiremos en contacto,
¿verdad, María?
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