martes, 22 de julio de 2014

EN LA ERA DIGITAL.

Una de las interesantes sesiones que hemos tenido ha tratado sobre cómo gestionar los recursos digitales:
discernir lo importante de lo que no lo es,
autodominio y señorío,
respeto a uno mismo y a los demás,
no dejar que nos abrumen con urgencias que no son tales,
controlar mi vida y el ritmo que puedo llevar...

El documento completo en http://www.almudi.org/Noticias/ID/8907/Cultivar-la-interioridad-en-la-era-digital
Copio algunas ideas:

Llamadas, mensajes, tweets, alertas, foros... teléfonos y ordenadores han cambiado nuestro acceso a la realidad.

Las nuevas tecnologías han aumentado el volumen de información que recibimos en cada instante, y quizás hoy ya no nos sorprenda que nos lleguen en tiempo real las noticias de sitios lejanos. Estar enterado y tener datos de lo que sucede es progresivamente más fácil. 

Además, se nos ofrecen gran cantidad de estímulos que reclaman nuestra atención (mensajes de texto, imágenes, música).

Es evidente el riesgo de acostumbrarse a responder a estos inmediatamente, sin tener en cuenta la actividad que estábamos realizando en ese momento.

Otros peligros:

- Dispersión, falta de concentración para estar en lo que hago y hacerlo bien.
- Sobredosis de datos, información, estímulos... que pueden llegar a aturdir, abrumar...


Los medios son, en sí mismos buenos. pero
 - como casi todo- 
hay que saber utilizarlos, con prudencia y armonía.



¿Cómo gestionarlos?


1. Dependerá de las circunstancias y necesidades propias. 
Por eso, en este ámbito cada uno −ayudado por el consejo de los demás− debe encontrar su medida. Cabe siempre preguntarse si el uso es adecuado.
 Los mensajes, por ejemplo, pueden ser útiles para manifestar cercanía a un amigo, enviar un dato u otros motivos,  pero si fueran tan numerosos que acarrearan interrupciones continuas en el trabajo o el estudio, probablemente estaríamos cayendo en la banalidad y la pérdida de tiempo. 
¡¡Prevenidos contra la disipación!!

El autodominio nos ayudará a vencer la impaciencia y a dejar la respuesta para más tarde, 
de modo que podamos emplearnos en una actividad que exigía concentración, 

prestar atención a una persona con la que estábamos conversando.

2. Estrategias concretas:
Por ejemplo, conectar el acceso a las redes a partir de una hora determinada,
 fijar un número de veces al día para mirar la cuenta de una red social o para comprobar el correo electrónico, 
desconectar los dispositivos por la noche, 
evitar su uso durante las comidas, en reuniones del tipo que sea, por respeto a los demás.

Por supuesto, desconectar o poner en silencio antes de entrar en un concierto, una iglesia, un hospital...

 Internet se puede consultar en momentos y lugares apropiados, de modo que uno no se ponga en una situación de navegar sin un objetivo concreto, con el riesgo de toparse con contenidos que contradicen un planteamiento cristiano de la vida, o al menos perder el tiempo con trivialidades.

YO AÑADO:
En los grupos de wassap, enviar mensajes realmente de interés, en función del sentido y objetivos de ese grupo.


Personalmente, prefiero que no me hagan llegar mensajes "bonitos", que te "conminan" a reenviar y hacer una cadena.
En algunos casos, se trata de medios para conseguir direcciones de correo o números de telefono, para uso ilícito, propagación de virus, envío de publicidad no requerida...
Y cuando no lo son, dada la cantidad, pueden convertirse en una carga 
y pérdida de tiempo y energía mental.

SER MULTITAREA HABITUALMENTE NO ES SANO, ni para la mente, ni para el cuerpo.


3. Tener tiempos de silencio.

Algunos ratos del día sin ruidos, TV, radio...

Necesitamos silencio

para:
pensar
(a dónde voy,
cuáles son las prioridades y fines en mi vida,
qué medios debo poner para alcanzarlos,
ir reorganizando y ajustando)


Silencio para
leer,

procesar lo que vamos viviendo,

recordar lo que escucharmos;

 para

 ser creativos,

buscar soluciones,

pensar en los demás,
recordar,
re- VIVIR

cultivar la propia interioridad, 

comunicarme con Dios...

conocerme... 


SILENCIO
para 

CONTEMPLAR.


PARA

VIVIR.


No hay comentarios:

Publicar un comentario