HASTA QUE EL CUERPO AGUANTE.

RESPUESTAS a preguntas hechas por algún seguidor del blog:
1. ¿Cuántos ciclos de químio vas a recibir?
2. ¿Piensas que los disgustos pueden influir en el desarrollo de un proceso tumoral?

1. Indefinidamente. No hay un número tope. La químio que recibo es de "mantenimiento", por lo que debo continuar hasta que se vea que no es efectiva,bien por 
 avance de la enfermedad, o bien porque los efectos secundarios sean superiores al beneficio. 
Así que... ¡hasta que el cuerpo aguante...!
Por el momento está aguantando muy bien.

2. Sí: disgustos, tensiones, stress... repercuten en el sistema inmunológico y favorecen, junto con otros factores, el desarrollo de enfermedades variadas.
Sobre todo, si se trata de situaciones en las que uno se siente sobrepasado y a las que no ve solución.
Está más que demostrado científicamente y seguro que cada uno, a partir de cierta edad, hemos comprobado, en distintos grados, esta realidad.
La conclusión fácil sería: "Bueno... entonces hay que evitar el sufrimiento."
En parte sí, en la medida en que sea posible y dependiendo de formas de ser, situaciones...
Sin embargo, cierta dosis de esfuerzo, sufrimiento... es algo inevitable en cualquier vida. Por mucho que uno intente "huir", hay que afrontar obstáculos, dificultades, contratiempos
 de intensidades variadas.
Más bien, pienso y he comprobado, lo importante es desarrollar recursos para afrontar esas situaciones.
Entrenamiento gradual en la vida cotidiana, intentando llevar bien las contrariedades de la jornada, roces de convivencia, conflictos en el trabajo, la familia...
Desarrollar la fortaleza interior y exterior, para evitar quejas.
En cambio,intentar solucionar lo que admita mejora y

 ACEPTAR

LO INEVITABLE.

Para mí y muchas personas el recurso infalible es saber que hay Alguien superior que nos protege y cuida. Como un padre permite que suframos, aunque no lo entendamos y cueste admitirlo, porque todo forma parte de un plan que nos trasciende y cosas que en el presente no comprendemos tendrán una proyección positiva en el futuro, para uno mismo o para los demás.

La vida es como un puzzle: las piezas irán encajando.