jueves, 5 de junio de 2014

ESTOY VIVA ¡¡DE MILAGRO!!

Las sesiones sobre cáncer de mama metastásico a las que asistí AYER fueron muy interesantes.



En la primera de ellas, una oncóloga de reconocido prestigio y gran experiencia, explicó diversos aspectos sobre esta enfermedad.

Al referirse a los estadíos diagnóstico inicial, dijo que el IV "suele equivaler a una esperanza de vida de...
¡¡¡pocos meses!!!"

El carcinoma que me diagnosticaron a los 41 años tenía ese estadío.

"Así que - pensé- ¡estoy viva de milagro!"

En aquellos momentos (2000-2001) yo no era consciente de la gravedad y parece que esto fue positivo. Me enfrenté a un gigante sin saberlo.
Los médicos de la Clínica Universitaria de Navarra transmitían esperanza con su actitud. NO eran solo palabras: era MUCHO MÁS. 
Por eso estaba confiada, haciendo lo que tenía q hacer. Por supuesto, sufriendo duros efectos secundarios, que me llevaron a urgencias varias veces. En el último, parece ser que estuve al límite.

Al cabo del tiempo, terminados ya todos los tratamientos (a partir de 2003), cuando presentaba mi informe a diferentes médicos, algunas reacciones me descubrieron la verdad:
Una ginecóloga, tras leer muy atentamente, me miró pausadamente (casi emocionada) y dijo:
"Ahora que ya ha pasado, le puedo decir que este diagnóstico era una...
sentencia de muerte."
Yo también me emocioné, tanto por sus palabras, como por su mirada de profundo afecto.
No la conocía apenas, pero le dije:
"¿Verdad que la Fe en Dios ayuda?"
- "Aquí se ve, en ti, que sí."

Y un oncólogo en Oviedo: 
"No te das cuenta de lo mal que estuviste. Este caso debe de haberse llevado a congresos."
Como tengo cierta confianza con él, dije, en un tono aparentemente ligero:
"Bueno... se ve que Dios quería que siguiera viviendo."
Él, con cierto escepticismo e ironía, respondió:
"Así que ¿crees que Dios te salvó?"
- "Ahí están los datos: tenía un pronóstico objetivamente malo y...
¡aquí estoy!"

Ahora añado: 
Una vez más se confirma que es Dios quien tiene la última palabra y decidió concederme estos años que ahora vivo con agradecimiento e intentando aprovecharlos.
Aprovecharlos para purificar mi alma, para mejorar, para transmitir el mensaje que ahora tengo tan claro:
Vale la pena estar cerca de Dios, de su Amor y conectar con Él, dedicarle tiempo.
Como cualquier relación, hay que cultivarla, para que crezca. Esa relación es la única verdaderamente duradera y para SIEMPRE.

Volviendo a las sesiones, la segunda corrió a cargo de una joven y bien preparada psiconcóloga:



Merece una entrada aparte; así que... CONTINUARÁ.
Gracias y enhorabuena a las ponentes y a los organizadores de este acto:
GEPAC: Grupo Español de Pacientes con cáncer
y Laboratorio NOVARTIS.



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