sábado, 7 de junio de 2014

EMOCIONARIO.
IDEAS QUE PUEDEN SERVIRNOS A TODOS/ MUCHOS.... ALGUNOS.
Anotadas en la sesión a la que asistí el miércoles. Prometí transmitiros las más "destacadas".
Quizá en fases de enfermedad o crisis de cualquier tipo, es más importante saber gestionar las propias emociones y saber detectar las ajenas.

1. IDENTIFICARLAS. "Tengo miedo." "Siento rabia, ira..." Estoy triste."
Esto en cuanto a las negativas.
NO hay que evitarlas, sino reconocerlas y encauzarlas, bucando la/ las causas posibles y, sobre todo, estrategias para salir de ellas.
Las emociones negativas, si se convierten en crónicas, pueden llegar a ser destructivas.

2. COMUNICARLAS verbalmente.
No pretender que los demás adivinen, intuyan... Esto puede generar sentirse incomprendido o, incluso, maltratado. A los demás, confusión, pues ante una muestra de interés pueden recibir una respuesta brusca, un gesto hosco...
En el caso concreto de estar enfermo, decir cómo me gustaría que me trataran.
Por ejemplo, me gusta que me pregunten cómo estoy;
 prefiero que no me pregunten y ya me adelanto yo, cuando tenga algo que decir;
 me gusta estar acompañado, pero en silencio;
 me encanta que me hablen...

En este sentido, he recordado a una señora joven que, tras da a luz a uno de sus hijos, envió un mensaje a sus contactos, informando de que los dos (recién nacido y madre) estaban bien.
 Añadió: "Gracias por no venir al hospital."
¡Pues muy bien! Claro que sí.
Lo mismo se podría aplicar a una situación de duelo. Lo habitual en determinada cultura es ir a mostrar condolencias, pero también es lícito, comprensible leer:
"La familia no recibe."

3. NO A LAS EXPECTATIVAS STANDARD. SÍ SABER QUÉ PUEDO ESPERAR DE CADA UNA DE LAS PERSONAS QUE ME RODEAN. 

La sicóloga puso el ejemplo de que, quizá, en una familia cada miembro sufre la enfermedad  de uno de ellos de una forma diferente: unos lo manifiestan; otros, no. Otros saben expresar, tienen empatía. Algunos prefieren no hablar del tema. Puede interpretarse como indiferencia, pero quizá es que no saben manifestarse.
A uno se le da bien llevar en coche al paciente al hospital o acompañarlo a tratamiento.
Lo ideal - añado yo- es que, cuando acompañamos, no sea solo físicamente, sino con el ALMA. ponerme en el lugar del que va a entrar en quirófano, va a químio...
NO minimizar: "No es nada".

Por último, añado, que, cualquiera de nosotros, tendremos que atravesar y vivir determinadas situaciones "en soledad". Hay experiencias que son intransferibles. El sufrimiento interior es una de ellas. Puede ser aliviado, pero ... hasta cierto punto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario