jueves, 9 de enero de 2014

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE.
La entrada de hoy es breve, pues solo quiero que sepaís que sigo bien, haciendo una vida bastante "normal", excepto que ando menos que antes.
Mañana iré a Centro Médico con dos objetivos:
1. - Heparinizar el port-a-cath o reservorio.
2. - Recoger una caja de Xeloda.

1.  Aclaro el primero para quienes no saben en qué consiste:
El reservorio es un pequeño dispositivo subcutáneo que tengo implantado en el costado derecho, al igual que muchos pacientes."Sistema implantable para acceso venoso." En el caso de recibir químio endovenosa u otro fármaco agresivo va  directamente, a través de un catéter a una vena. Se evita así pinchar en la mano o el brazo, con el deterioro que supone.
También permite sacar sangre sin necesidad de pinchar el brazo.



"¿Y no duele?" se preguntará alguien.
Mi respuesta es que no. Solo notas un pinchacito.Si a una persona le duele, puede pedir que le apliquen un anestésico local.
Pues bien, este dispositivo hay que mantenerlo limpio y por eso se hepariniza: para evitar la formación de trombos.
Hace doce años también me lo pusieron y, cuando terminé el tratamiento, me lo dejaron unos meses - como es habitual en algunos casos-,... por si acaso.
Me parece que no debí de enterarme de que había que  heparinizar.
Una mañana me llevé un sobresalto al despertarme, pues el brazo estaba muy hinchado. Fui a Urgencias y vieron la causa: un trombo en el catéter estaba obstruyendo el paso de la sangre.
Rápidamente entré en quirófano y lo retiraron.

¡Lección aprendida! Ahora sí que no se me olvida heparinizar cada mes o mes y medio.

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