miércoles, 15 de enero de 2014

COMUNICACIÓN MÉDICO- PACIENTE.
Como algunos sabéis, el seguimiento de mi enfermedad lo he confiado al Departamento de oncología de la Clínica Universitaria de Navarra. www.cun.es

Suscribí la póliza cuando tenía 30 años y ha sido la mejor inversión de mi vida. (www.acunsa.es)

Pues bien, entre revisión y revisión mantengo contacto con la enfermera de área, por correo electrónico o por teléfono.
Ella se interesa por mí, resuelve dudas, me da consejos sobre aspectos particulares y mantiene al tanto de lo más relevante al oncólogo. 
Este médico algunas veces, a lo largo de este año me ha llamado para saber cómo voy. También me facilitó sus teléfonos para que pueda recurrir a él. Incluso me dio el de su casa. Afortunadamente solo tuve que molestarle una vez.

Ayer me llamó y resumo lo más importante:
Lo primero que  destaco es su tono profesional, afable, con voz pausada y tranquilizadora. 
En cuanto al contenido:
- La enfermedad se puede decir que está "estacionada": no hay remisión, pero tampoco avance.
- Las decisiones sobre aumento de dosis, cambio de tratamiento... se toman valorando beneficio y toxicidad, por un lado, y siempre con acuerdo entre médico y paciente.
En concreto, mientras tolere Xeloda, aunque no haya mejoría, es preferible continuar, pues no se sabe si otro fármaco va a ser mejor o peor. Concretamente, hay uno que se llama ERIBULINA, que podría ser una opción.
El hecho de que el paciente - en este caso yo- tome parte activa se concreta en manifestar mis expectativas, hasta dónde pienso que puedo llegar o tolerar. 
En la revisión de la primera semana de febrero, a la vista de los resultados en las pruebas, podremos concretar.

Mis impresiones:
- Positivas y de agradecimiento hacia el médico.
- Cierto temor y vértigo ante el futuro. La enfermedad sigue dentro de mí, el derrame pleural ocupa un tercio del pulmón izquierdo, no tengo dolor, sí algunas molestias...
- Las reservas de la médula van disminuyendo, el hígado se vuelve más graso (esteatosis) y "gordo" por los desechos tóxicos que le llegan...

¡Menos mal que sigo tan confiada en lo que Dios vaya decidiendo! 
En realidad, bastantes veces pienso que Él me está dando este tiempo para que mejore en determinados aspectos, me desprenda de lo material, cumpla la misión que me ha encomendado... 
Un día, cuando me vea preparada, me dirá, con cariño y alegría:
"¡Hala, Teresa! ¡Vámonos!...!
Y yo estaré FELIZ de alcanzar la META.


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