domingo, 19 de enero de 2014

¡¡HOLA, HOLA!!
No tengo ninguna novedad especial, aunque, realmente, cada día es ESPECIAL. No hace falta que ocurra nada extra- ordinario, fuera de lo corriente..., sino de saborear cada momento, intentar disfrutar haciendo bien o lo mejor posible lo que debo hacer...
Este fin de semana me he ocupado, principalmente, de sencillas tareas en casa, de tipo material.
Son materiales, en cuanto que implican materia y técnica (en mi caso básica): preparar la cena, el desayuno... ; recoger la cocina...; ordenar...
En sí mismas pueden resultar poco apasionantes y bastante desagradecidas, en la medida en que suponen un esfuerzo que, a veces, no es suficientemente valorado.
Sin embargo, se trata de tareas que, hechas con cariño, pueden hacer más grata la vida, a uno mismo y a los demás. Hacen HOGAR.


Por eso la materia se llena de vida y marca la diferencia.

Por supuesto que todos en casa deberíamos contribuir en esta "empresa" tan importante para el equilibrio personal, familiar y social.


Cuando era adolescente y hacía de mala gana mis escasas "obligaciones" domésticas, mi madre decía:

 "¡Haced las cosas con amor..." 
Yo no lo entendía e, incluso, me enfadaba:
"¡Cómo voy a limpiar, lavar, ordenar mi cuarto...
 por amor...!"
Me parecía imposible.
Ahora sí lo comprendo.
 "Antes solo pelaba patatas. Ahora me santifico (me hago mejor, me acerco a Dios, sirvo a los demás...) pelando patatas, poniendo la mesa con cuidado, preparando una ensalada, un postre, etc., etc."
 Adaptación personal de uno de los puntos para meditar de un libro titulado "Surco" 
http://www.escrivaobras.org/book/surco-punto-498.htm

A media mañana, una corta caminata por la pista cercana a mi casa, en la falda del monte Naranco. 


Monte Naranco. (Oviedo) En la parte inferior discurre una senda.
La foto es de hace tiempo. Hoy no estaba tan despejado el cielo, sino más bien tormentoso.
Me lo había propuesto: 
por unos motivos (salud, lluvia, trabajo...) u otros (pérdida del hábito del ejercicio físico, fundamentalmente), estoy demasiado sedentaria. 
Uno de los sensatos consejos que me dio por teléfono el oncólogo es que más vale un paseo al ritmo que pueda media hora, que... nada. 
Parece algo de sentido común, pero a veces necesitamos que nos lo recuerden. Al menos, yo lo necesito.
Me animó. Incluso me encuentro mejor.

Esta fotografía sí  está tomada en la mañana de hoy, en uno de los ratos soleados. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario