LA LOCA DE LA CASA ( II)
El día 8 el dolor estaba controlado y era ya muy leve, por lo que no fue necesario acudir a consulta.
Por supuesto que agradecí al médico su disponibilidad.
Hasta hoy la situación permanece igual.
Siento haber tardado en contar el desenlace y provocar desazón en algunos seguidores del blog.
Este doloroso aviso me ha servido para darme cuenta de la necesidad de la quimioterapia.
Me explico: como desde mediados de septiembre se había suspendido, me encontraba tan, tan bien que pensaba:
"Estoy mejor <sin> que <con>."
Tengo que confesaros que, en el fondo de mi mente, tramaba la forma de zafarme de ella o darle largas en la "negociación" con el oncólogo.
El dolor - aunque haya sido tolerable y parece que temporal- es la voz del enemigo que me dice:
"¡Aquí estoy...! Vivito y con mucha energía."
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