miércoles, 2 de septiembre de 2015

EFECTOS SECUNDARIOS SICOLÓGICOS.

Generalmente las enfermedades de largo recorrido repercuten en la sicología de quien las padece.
Lo mismo ocurre con los tratamientos. 
En el caso concreto del cáncer y la quimioterapia, ese coste es tan real como los efectos colaterales físicos.
Somos cuerpo y alma, materia y espíritu, biología y emociones, afectividad...
Todo está conectado.

Cada persona acusará los efectos secundarios - tanto físicos como sicológicos- en un grado, de un modo diferente...

Normalmente los médicos advierten acerca de la posible aparición de los primeros, pero no tanto de los segundos.


En mi caso - y en otros que he ido conociendo-, he ido notando cambios y luego me he informado.
En concreto: falta de concentración, cierta irritabilidad, pérdida de interés...
Hace quince años, con el proceso del tumor primario, ya los experimenté. 
La debilidad física suele ir unida a la sicológica y mental.
El malestar genera inquietud, zozobra interior, conciencia de vulnerabilidad... 
Con el paso del tiempo y de la recuperación, fui volviendo a mi estado habitual.

Lo comento porque, aunque habitualmente tengo mucha paz...
 ni soy
 ni pretendo ser una
súper- mujer.
Sufro algún "bajón", que, gracias a Dios, son de corta duración.

Intento afrontar estas situaciones como algo natural:
forman parte del proceso, es inevitable atravesar desiertos...

 pero hay que intentar seguir caminando, aunque sea 
muy despacito.





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