Jenny llegó de Ecuador a España hace nueve años, con un contrato de trabajo.
En este tiempo ocurrieron muchas cosas: alegrías, sufrimiento, desengaños, mucho trabajo...
Una de las más importantes fue su decisión de sacar adelante a su hija ella sola.
También la de cumplir una promesa y un deseo:
recuperar el contacto con su Padre Dios, aprender a tratarle y prepararse para hacer su Primera Comunión.
Acudió a la parroquia, se inscribió en un grupo de adultos y, llorando por la emoción, se presentó a la responsable.
Durante varios meses acudió a las reuniones semanales de estudio de los principales temas de la Fe y, además, los domingos por la mañana, tenía una sesión individual de catequesis de Primera comunión. Marcela fue su catequista y madrina.
Jenny aprendió las oraciones, luego asistía a la Misa, se confesó...
Marcela es una chica de Guatemala que trabaja y vive en España desde hace años en puestos de alta cualificación como ingeniera química. Es una mujer muy sensible, educada, cariñosa, detallista...
De modo, que Jenny tuvo dos catequistas:
Marcela y... Teresa.
Pues bien... el 29 de septiembre, cumplió su deseo: recibió por primera vez a Jesús en la Eucaristía y fue confirmada.
Desde entonces hemos mantenido contacto.
Hace unos días quedamos para charlar y me pidió que le enseñara a rezar el rosario. Mientras tanto, su hija jugaba.
Ana está casada y tiene una preciosa niña. Hace unos años empezó a asistir a un Libro- fórum, actividad organizada en la guardería de su hija, con el objetivo de leer y comentar libros que aportan valores positivos y que, a un tiempo, pueden entretener.
Allí nos conocimos y nos unió el hecho de padecer una enfermedad parecida. Desde entonces nos hemos interesado la una por la otra, compartiendo - aún en la distancia- revisiones, tratamientos, momentos bajos y recuperaciones... Nos entendemos muy bien.
Ana ahora ha superada con éxito las revisiones y está incluso más guapa:
Vino a verme a casa. |
Nos conocimos en el grupo de catequesis. Trabajaba y estudiaba al mismo tiempo. Es una mujer tremendamente sensible, deseosa de aprender, de conocer y... Amar... Consiguió terminar la carrera en un sprint muy meritorio.
Ahora continúa con su trabajo y, además, entre otras actividades, es catequista de niños de séis años. Seguro que la adoran y van aprendiendo, entre dibujos, cantos y juegos. Lo importante es que van conociendo a Jesús y le van tratando. Noelia se muestra tan contenta con esta labor que dice:
"¡Qué pena no haberla descubierto antes!"
¡en mi muñeca! Con esta pulsera tan linda que me regalaron. En las medallitas están sus nombres. ¡Gracias! Algunos conocéis este episodio, pues, en su momento, lo comapartí. Con Valentina mantengo bastante contacto, se interesa mucho por mi salud. Elita también me envía mensajes cariñosos.
Ana es otra amiga que vino a verme hace poco, con unas pastas muy ricas y, sobre todo, con su simpatía y cariño.
Además, me envía unos sms muy simpáticos y oportunos.
Y ¡lo más importante!: pide por mí, encendiendo velas y con peticiones igualmente encendidas, a la Virgen de la Esperanza.
No tengo foto, pues es muy celosa de su intimidad. Como ella misma afirma:
"Ni siquiera salgo en...
el listín telefónico."
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