Como sabéis, mis entradas en el blog suelen ser optimistas, pues
corresponden a una visión esperanzada de la existencia, incluyendo todas las
situaciones, también las que parecen negativas.
Esto no excluye el conocimiento y la aceptación del MAL
en cualquiera de sus formas, en advertir los peligros e intentar tomar medidas.
Este preámbulo es para compartir con vosotros mi toma de conciencia acerca de un
peligro que nos acecha a TODOS:
El avance del islamismo radical.
No se trata de una novedad, pues hace tiempo que estamos recibiendo
noticias, imágenes espeluznantes de decapitaciones, poblaciones expulsadas de
sus casas, obligadas a convertirse en refugiados y a sobrevivir en condiciones
penosas, familias, niños, ancianos…
En mi caso, lo veía hasta ahora como algo horrible, pero…
Lejano.
Sí: tengo que confesarlo.
En el fondo, me daban mucha pena las víctimas – y me siguen dando-, pero no
me daba cuenta de que pudiera llegar a ser yo la refugiada, la torturada, la
aterrorizada…
Y, como yo, los ciudadanos europeos y, más en particular, españoles.
Tal vez pudiéramos pensar que esto es una exageración.
Así lo creía yo hasta hace poco y desearía que lo fuera.
Por el momento os invito a ver el vídeo.
Es duro, pero más duro es para quienes están padeciendo esta injusticia y
más duro será llegar a vivirlo, si no hacemos algo ¡¡ya!!
¿Y...
qué podemos hacer?
qué podemos hacer?
Por el momento…
Verlo.
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