martes, 3 de diciembre de 2013

¿DÓNDE ESTÁN LAS LLAVES...?
Hace unos días me comprometí a compartir con vosotros la llave de la felicidad. Cumpliré mi promesa.
Por el momento, unas reflexiones previas:
1º En realidad, se trata de una llave maestra que puede abrirnos todas las puertas. Todas ellas conducen al Bien, la Belleza, la Verdad... y, por tanto, a la Felicidad.
2º No es absoluta en esta vida. 
3º No hay que buscarla directamente, como un fin en sí misma, pues entonces no se encuentra.
Paradójicamente, se suele hallar en caminos arduos, difíciles de recorrer... 

No estoy jugando a las adivinanzas, sino exponiendo un planteamiento.
El desarrollo tengo que hacerlo a horas más tempranas del día, para tener la cabeza despejada y poder indicaros la ruta.

Por otro lado, os confieso que, a veces pienso
"Pero bueno... ¿cómo se me ocurre lanzarme a ese reto? ¿Quién soy yo para pretender explicar dónde se encuentra la felicidad?"
"No sé si voy a conseguir expresarlo... Es algo muy personal y no tengo claro si debo confiar tanto o... si van a comprenderme..."
Y otras preguntas que me hago a mí misma y que podrían atemorizarme, obligándome a desistir.
¡Menos mal que mi lado sensato me anima y me confirma que he hecho lo correcto, pues, en conciencia, sé que yo he recibido y estoy recibiendo MUCHO! 
De Dios y de cada uno de los que me queréis, os interesáis por mi evolución: de un modo u otro, con diferentes intensidades y modalidades... Todas son valiosas. Cada una me impulsa, anima y reconforta.

Por tanto, lo mínimo que puedo hacer es intentar compartir. La promesa hecha me obliga a esforzarme.
No tendría que importarme desvelar una parte de mi vida, si puede ser útil a una sola persona.
Por el momento aquí me tenéis hoy, trabajando en el tema:




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