domingo, 27 de marzo de 2016

BYE, ERIBULINA.



Con Mónica el día 25, viernes Santo.
Por la tarde asistimos a los Oficios en la Catedral.
De forma solemne se acompaña a Jesús en su dolorosa Pasión.

Al contemplar ese Misterio son muchas las consecuencias que se pueden sacar:
Asombro, miedo, admiración... ante Jesucristo que aceptó voluntariamente ese enorme dolor, físico y moral.

Para mí - y para MUCHOS- es el referente de cómo hay que intentar llevar la cruz, cada uno la nuestra.
Si se acepta plenamente, nos concede una paz y un contento difíciles de expresar.

Al terminar la celebración en la Catedral, Mónica y yo estábamos contentas y ... cansadas.

Nos hicimos esta foto al llegar a casa. Me había quitado la peluca, que es bastante confortable, pero descansa prescindir de ella un rato.
Al menos a mí

Pasando a otro tema, os comento que Eribulina (o Halaven, que es su nombre comercial), no está dando el resultado esperado, por lo que no volveré a recibirla.

Esto ha ocurrido con otros tratamientos anteriores.

En el caso concreto del actual, ha sido una oportunidad para aceptar la voluntad de Dios, que se manifiesta de mil modos diversos.
Intento ser coherente con lo que os comentaba al principio:
mi particular pasión es esta, convencida de que tiene sentido unida a la Pasión.

Como es natural, ha habido momentos de incertidumbre, nerviosismo y desconcierto, pero, cuando las imágenes del TAC y el marcador confirmaron la realidad, lo acepté.
Puedo asegurar que estoy tranquila.

No se trata de algo excepcional:
a cada uno nos ayuda a llevar lo mejor posible las situaciones complicadas.







1 comentario:

  1. Teresa eres fantástica, esa es la clave y la lección que aprendemos cada día contigo, aceptar la realidad y siempre con la ayuda de Dios.

    ResponderEliminar