Cuando se tiene confianza con alguien, no son necesarias las palabras ni una actitud especial.
Se puede compartir el silencio: un silencio agradable y amablemente respetuoso, porque cada uno está "a gusto" y relajado.
Se disfruta con lo que uno mismo está haciendo y con lo que el otro hace o no hace...
Esta última es una de las ventajas:
que puedes estar, por ejemplo, pensando, contemplando, leyendo tranquilamente... y no son necesarias explicaciones ni comentarios.
Por supuesto que, en algún momento, puede haber miradas, palabras o, simplemente, un gesto...
Esta experiencia podemos vivirla con alguien a quien conocemos desde hace mucho tiempo o
hace poco.
Es lo que nos ocurre a Halaven y a mí.
Mantenenos una gratificante relación de confianza.
Esta mañana lo hemos comprobado.
Tu sinceridad y generosidad al compartir tus informes es lo que más me ha ayudado en internet. Soy tu hermana de enfermedad. Gracias y te deseo que sigas tan animosa. Gracias otra vez. Agustina
ResponderEliminar¡Hola, Agustina!
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario.
Alguna vez no estoy tan animosa, pero gestos como el tuyo me ayudan a recuperar el tono.
Me encantaría saber algo más de ti, si quieres.
Compartir una enfermedad une mucho ¿verdad?
Puedes comunicarte conmigo en la siguiente dirección:
tcarrera34@yahoo.es
Un abrazo fuerte con cariño
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTeresa, Halaven y su relación de confianza. Eres genial!. Espero que esta vez también se porte bien ya que tenéis una confianza y sobre todo el respeto de los momentos de silencio es fundamental ;). Eres muy fuerte y valiente y ese sentido del humor que tanto me gusta. Ayudas a mucha gente desde aquí, pero la verdad es que pases por donde pases, lo haces. Mil besos
ResponderEliminarHola, María.
ResponderEliminarA mí también me ayuda tu afectuosa empatía.
Un abrazo.