sábado, 15 de agosto de 2015



EL HOMBRE QUIERE MÁS DE LO QUE PUEDE.

Esta fue la idea que más me hizo pensar.

El hombre, la mayoría de los hombres - supongo-, tú, yo...
pretendemos, aspiramos a más de lo que podemos.

Los primeros límites, como dice también el texto, proceden de nuestra propia naturaleza:
límites de espacio (si estoy aquí, no puedo estar en otro sitio);
de tiempo (si dedico una hora a una actividad, excluyo otras).
energía física y mental...

Luchar contra estas y otras genera frustración.
Pretender hacer más tareas de las que puedo, atender más asuntos, abarcar más de lo posible...
cansa y defrauda.

En cambio, lo ideal sería:
 - Aceptar esas limitaciones.

- Elegir lo mejor dentro de mis posibilidades., que es elegir el BIEN.

- Querer hacer lo que he elegido hacer; querer estar donde estoy (aunque no lo haya elegido directamente...)

Como todas las teorías, lo difícil es ponerlas en práctica.
La buena noticia es que
¡¡es posible!!

Es este un primer paso hacia la auténtica libertad.
Auténtica, aunque - en esta vida- sea limitada, por los motivos vistos y por otros ajenos a nuestra propia voluntad.

Elegir el camino adecuado.
Así está la clave.


Resultado de imagen de camino imagenes


El fragmento que copié en la entrada anterior pertenece a un documento titulado
"Instrucción sobre libertad cristiana y liberación."

http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19860322_freedom-liberation_sp.html

Concretamente, se encuentra en el capítulo segundo.






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