De cada película, libro, conversación... procuro quedarme con algún mensaje positivo.
También de los contratiempos.
Del breve reportaje, colgado hace unos días, sobre la madre joven que aceptó con entereza y de forma positiva la enfermedad de su hija, me está ayudando especialmente una de sus frases:
"He elegido SER FELIZ."
Ser feliz en una situación dura, como la suya, pues, no solo perdió a una hija, sino que otra padece la misma enfermedad.
Estos días, cuando algo me contraría o me desanima, repito sus palabras:
"He elegido ser feliz."
Y añado:Voy a intentar que las circunstancias externas (personas, sucesos...) no me roben la paz.
Tampoco ser yo misma la que aliente el pesimismo, derrotismo, queja...; sino lo contrario:
expulsarlos de mi mente y, sobre todo, del corazón.
No es inhibición: si puedo hacer algo por solucionar, mejorar, aportar, sugerir... procuro hacerlo.
Si no, lo acepto. (O, al menos, lo intento.)
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