CUESTA ARRIBA.
Una seguidora del blog me pregunta esta tarde:
"¿Estás bien? ¿Te pasa algo?
Como hace tiempo que no escribes..."

Y añadió, en tono jocoso:
"Nos dejaste con el lagrimeo y..."
Terminé yo: "Y parece que es de tal nivel que me impide ver el monitor..."
Las dos nos reímos.

El caso es que le agradecí el cariñoso interés y enseguida pensé en todos los que también pudieráis estar un tanto preocupados por mi ausencia.

Las causas son variadas:
Ocupaciones diversas, no estar "inspirada", un catarro de cierta entidad...
Además, mi estado general ha empeorado algo: sobre todo estoy más fatigada, cansada...
No sé si serán efectos secundarios del tratamiento, la propia enfermedad o los dos factores.
Desde luego, la químio que recibo desde principios de junio es mucho más agresiva que las anteriores. 
(¡¡Ay!! ¡Qué bien estaba con mi amiga Capecitabina...!)

La debilidad física me está afectando también sicológicamente.
Me siento más vulnerable, por momentos desanimada...
Estoy en uno de los momentos más difíciles:
voy cuesta arriba, en todos los sentidos.


Nada grave. Más bien, supongo que es natural que, tras dos años y casi nueve meses de batallas terapeúticas, con avances y retrocesos, revisiones, cambios de tratamiento...

Enfin... como ya dije en una ocasión ni soy ni pretendo ser una súper- mujer.

Pasado mañana, jueves, de nuevo viaje a Pamplona. Nada más llegar, me harán TAC de tórax y abdómen, además de análisis.
A la mañana siguiente, consulta y... 
¿tratamiento?