lunes, 10 de febrero de 2014

BORRASCA.
La borrasca que está atravesando España, parece que ha entrado en mi interior, provocando daños difíciles de cuantificar.
¿A qué me refiero?
A que me encuentro nerviosilla, desbordada por tareas que antes desempeñaba más o menos correctamente, me impaciento con más frecuencia de lo habitual...
Por un lado, lo veo positivo, pues así compruebo mi bienestar inerior habitual y me hace más humilde el comprobar que a mí también me asaltan los temores y angustias de la vida.
Bueno... concretamente de algunas etapas de la vida.
En parte, culpo a la químio de algunos de estos desarreglos:
 falta de concentración, por ejemplo.
Ya me ocurrió en el tumor primario y su tratamiento: durante los primeros meses no podía leer libros. Sí prensa, algún libro de espiritualidad unos minutos, el Evangelio... Poco más. Esto duró - me parece recordar- casi dos años.
He leído y escuchado que a más pacientes les ocurre.
Entre el 2003 y 2013 me recuperé:
 lei una media de dos, tres e, incluso, alguna vez, cuatro novelas por mes. También algo de poesía, ensayo sencillito...
 Además,  en esa década  mantuve una actividad profesional intensa, haciéndola compatible - como la mayoría de las personas- con familia y demás.
Me estimuló a leer el hecho de que coordiné una actividad de Libro- fórum durante cinco de esos años. Para poder seleccionar y proponer una obra, yo leía varias antes, que luego comentábamos en grupo.
Volviendo a la quimioterapia, como muchos sabéis, se trata - básicamente- de una combinación de fármacos. Los médicos hablan de "líneas de tratamiento."
Existen muchos fármacos y muchísimas combinaciones posibles:
unas muy agresivas, se suelen emplear durante cortos períodos de tiempo y persiguen la curación o remisión; otras provocan menos efectos secundarios, son más suaves y se pueden prolongar más tiempo.
Este segundo caso - simplificando una barbaridad- es el mío. Por eso llevo un año con dos líneas de tratamiento. Un año con químio.

Este tipo no es curativa, sino paliativa. Este adjetivo provoca "repelús", al menos a mí, porque lo asociaba a "terminal".
Me han explicado que en enfermedades como la que padezco, paliativo se refiere a ofrecer resistencia e intentar que no avance, pero no quiere decir que esté "en las últimas."
Intentando tomármelo con sentido del humor, a veces pienso:
"No sé si estoy en las penúltimas o las antepenúltimas." 
O, en términos deportivos:
"¿Estoy en octavos, en cuartos de final o aún cuentan conmigo para la LIGA DE CAMPEONES?"
El Míster tiene la última palabra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario